lunes, 22 de febrero de 2016

Gentes extrañas venidas del norte: los ataques vikingos a la Península Ibérica.

Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando oímos la palabra "vikingo" sea quizás la imagen idealizada que ha llegado de ellos hasta nuestros días. El típico gigante rubio, con una ingente cabellera plagada de trenzas, una poblada barba y -cómo no- ataviado con un formidable yelmo del que nacen dos cuernos de vaca. Esta imagen recurrente que se asocia a la figura del nórdico medieval tiene poco o nada que ver con la imagen real del habitante de la Escandinavia de los siglos VIII al XI, pero es mucho más atractivo disfrazarse en carnaval de "vikingo cornudo" que de campesino zarrapastroso.

Dejando de lado la moda nórdica del medievo, en este blog vamos a publicar una serie de entradas monográficas sobre uno de los temas más desconocidos de nuestra historia, los ataques vikingos o normandos (que vienen a ser lo mismo) que sufrió la Península Ibérica en la Alta Edad Media. Aquellas personas que se hayan interesado por la historia de las invasiones, y que no sean doctas en la materia, recordarán con facilidad los ataques que los piratas escandinavos perpetraron contra territorios como Gran Bretaña o Francia, incluso les puede sonar de refilón la llegada de estos saqueadores a las costas ibéricas, pero ¿y si os decimos que llegaron en varias oleadas y que arrasaron ciudades de la entidad de Sevilla, o que se plantaron ante las puertas mismas de la que era una de las ciudades más importantes del mundo en esa época, como era la ciudad de Córdoba? 

Si te pica la curiosidad, te gusta el tema o simplemente te aburres y te apetece aprender un poco más de historia medieval, te recomendamos que estés atento a las próximas publicaciones en las que abordaremos los numerosos ataques que lanzaron las huestes normandas sobre los territorios hispánicos y andalusíes.

¡NOS VEMOS EN EL VALHALLA!

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